Gracias al cultivo hidropónico se ahorra agua y energía de todo tipo. No usamos herbicidas ni pesticidas. Ahorramos intensivamente abonos y fertilizantes y no provocamos vertidos ni filtraciones al terreno. Se hace un uso de los recursos muy eficiente y cuidando completamente el medio ambiente. No provocamos ningún residuo plástico ni sintético durante todo el cultivo. Tampoco usamos sustratos inorgánicos ni orgánicos que después haya que reciclar ni desechar.
Así los cultivos son de gran calidad y muy naturales. Conseguimos hortalizas vivas hasta la mesa. Siempre crujientes, frescas y saludables. Lechuga, rúcula, canónigos y muchas especies más que entregamos con la raíz y se mantienen hidratadas hasta el momento de ser consumidas total o parcialmente. Se aprovecha el 100% de las hojas que están totalmente limpias, sin tierra, sin insectos ni suciedad de ningún tipo. Solo se desecha la raíz cuando se consume totalmente el producto. El resto es totalmente comestible, saludable y natural. Las ensaladas se convierten en muy especiales y fáciles de preparar.
Nuestras lechugas hidropónicas se alimentan durante todo su cultivo con los nutrientes que necesitan sin que les falte ni les sobre ninguno de los macro y micro elementos con precisión. Usamos agua limpia para su riego constante mediante un circuito cerrado recirculante de la solución nutritiva adecuada. Con la hidroponía se consigue que las plantas no sufran estrés hídrico ni exceso de agua en ningún momento. Eso se traduce en un sabor y textura muy agradable.
Durante todo el proceso de cultivo y de manipulación no utilizamos combustibles fósiles de ningún tipo y el consumo energético es muy bajo. Nuestra huella de carbono es insignificante. La sostenibilidad ambiental, energética y ecológica en general de nuestras instalaciones y todo el ciclo productivo es muy elevada.